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Los trastornos alimenticios son más comunes de lo que pensamos y pueden afectar a cualquier persona, en diferentes etapas de la vida e incluso a individuos de todos los géneros o razas. Dada la heterogeneidad del perfil de los pacientes y la sutileza con la que se desencadenan, pueden ser complejos de diagnosticar.
Por este y muchos otros motivos, es interesante saber en qué consiste el trastorno alimentario y todos los tipos que existen, algo que ayudará a detectarlos con mayor acierto. A lo largo de este artículo exploraremos cuáles son los más usuales y sus principales particularidades.
¿Qué es un trastorno alimenticio?
Un trastorno alimenticio es una enfermedad que puede llegar a ser muy grave, que tiene cierta influencia biológica y que genera una alteración en la conducta de alimentación o la relación con la comida. Todo ello se traduce en un desorden a la hora de consumir alimentos y en la absorción de los nutrientes necesarios para tener una salud óptima. Por lo tanto, las personas que lo sufren pueden presentar un deterioro importante en su estado físico y emocional.
Hay varios tipos de trastornos de la alimentación con diferentes particularidades y, por suerte, existen varios tratamientos destinados a combatirlos. No obstante, las causas de su aparición todavía no están claras para los expertos médicos, pese a que señalan a factores genéticos, conductuales, sociales, biológicos y psicológicos como principales responsables. Todos ellos se consideran factores de riesgo relevantes.
Los tipos de trastornos alimenticios más comunes
Los trastornos alimenticios tienen diferentes aspectos en común, pues todos ellos tienen como eje central el desorden de la conducta frente a la comida. Sin embargo, los hay de varios tipos y con particularidades diversas. A continuación, te mostramos los principales tipos de trastornos alimenticios más habituales.
Trastorno por atracón
El trastorno por atracón es uno de los más frecuentes, pese a que su diagnóstico es bastante reciente. Por su naturaleza, resulta complicado reconocerlo y puede pasar desapercibido al ser confundido con conductas puntuales o normalizadas en cantidad de personas. Consiste en ingerir una gran cantidad de alimentos, superior a la que cualquier individuo tomaría en idénticas circunstancias, de una forma compulsiva y hasta llegar a un punto de saciedad desagradable. Este episodio es lo que se conoce como atracón y la enfermedad aparece cuando tiene lugar una vez por semana durante varios meses.
Se trata de un trastorno complejo, pues va acompañado de una sensación de pérdida de control sobre la propia conducta, sensación de vergüenza e ingesta de alimentos cuando no se tiene hambre en ese momento. Desde Proyectoart.com, expertos en el tratamiento de estos pacientes, indican que esta conducta tiene lugar cuando las personas abordan emociones que no saben gestionar de otra forma. Por desgracia, esto termina causando un malestar importante con uno mismo y sentimientos de culpa.
La forma más efectiva de tratar este problema es acudiendo a una terapia con especialistas que conozcan bien el trastorno. Los profesionales que ayudan a las personas que lo padecen ofrecen herramientas para gestionar de otra forma las emociones, mejoran la autoestima, enseñan a detectar el episodio y dotan de los mecanismos necesarios para tener una relación más saludable con uno mismo y los demás.
Anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa consiste en una restricción voluntaria de la ingesta de alimentos que ocasiona diferentes problemas nutricionales y de peso. Lo común es que las personas que la padecen muestren una preocupación excesiva, a veces obsesiva, por el aspecto físico que presentan. Eso crea una distorsión en la autoimagen de los pacientes, que terminan por considerar que tienen sobrepeso en todo momento, aunque se muestren con una delgadez extrema. Es uno de los trastornos alimenticios más peligrosos, ya que arroja una tasa de mortalidad muy elevada frente a otros problemas similares.
Bulimia nerviosa
La bulimia consiste en la presencia de los mencionados atracones de una forma regular en la conducta del paciente, aunque en este caso (a diferencia del trastorno por atracción) van a ir acompañados de determinadas conductas compensatorias que suelen ser inapropiadas. A demás, estas se llevan a cabo de una forma repetitiva a modo de ritual. Las más frecuentes son la provocación de vómitos tras la ingesta, la realización de un ejercicio físico elevado, la toma de diuréticos o el ayuno. La combinación del atracón con los periodos de compensación irresponsables puede ocasionar daños muy serios en la salud.
Trastorno de pica
El trastorno de pica es menos usual que otros, pero sigue siendo más frecuente de lo que se suele pensar. Aparece normalmente en edades muy tempranas como la infancia o la adolescencia y consiste en la ingesta de alimentos que no tienen ningún valor nutricional. En algunos casos, se trata de comer sustancias o ingredientes que no son aptos para el consumo humano, como el papel, el pegamento o la tiza. Esta conducta puede ser realmente nociva para la salud, producir otras enfermedades o llevar a los pacientes a ingresar de urgencia y necesitar una intervención médica.
Trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos
Otro de los trastornos más complicados de detectar, por una cuestión de desconocimiento generalizado, es el de evitación o restricción de la ingesta de alimentos. Se trata de una enfermedad en la que los pacientes sienten rechazo por el consumo de alimentos, dado lo repulsiva que les parece de acción de comer, sobre todo, las consecuencias que consideran que tiene para ellos. Suele comenzar en la infancia y puede llevar a problemas muy importantes de déficit nutricional o pérdida de peso excesiva.
Señales que indican un trastorno de la alimentación
Detectar un trastorno alimenticio a tiempo puede ser clave para evitar problemas de salud muy serios y poner en marcha el tratamiento adecuado. Es recomendable preocuparse y consultar con un médico cuando se presentan estas señales que indican la presencia de una enfermedad de este tipo:
- Una dieta demasiado restrictiva que no ha sido aconsejada por un profesional médico o nutricionista.
- Excusas para no comer y evitar el consumo de alimentos o bebidas.
- Hacer comidas especiales aparte de lo que comen el resto de los familiares.
- Dar importancia extrema u obsesiva a la alimentación saludable que impide relacionarse en eventos cotidianos como las cenas familiares o las fiestas.
- Ingestas de alimentos de una forma excesiva y reiterada.
- Uso de suplementos, laxantes u otros elementos.
- Cambios en el estado de ánimo, el humor o la personalidad.
- Pérdida de esmalte en los dientes o callosidades en los nudillos como consecuencia de la incitación al vómito.