Conceptos como “reutilizar” o “segunda vida” son habituales cuando hablamos del reciclaje y del papel que juegan los materiales previamente usados en la producción de nuevos envases más sostenibles. Sin embargo, una pregunta frecuente es cuántas veces se puede reciclar un material. La respuesta depende de qué tipo sea, así como de su composición y de los elementos asociados que requieran de una previa separación para poder ser reutilizados.
Más de 21 millones de toneladas de residuos se habrán tratado este año en España, y se estima que un pequeño porcentaje de la basura total generada será imposible de reutilizar o estará mal separada. Además, tirar un envase en el contenedor correcto no basta por sí solo para hacer del mundo un lugar más sostenible y, aunque es el primer paso, para consolidar un modelo de economía circular y sus beneficios sean visibles, las políticas verdes tienen que ocupar la mayoría del texto legislativo relativo a la producción industrial y fomentar la correcta separación de los desechos.
El paso decisivo que permita adoptar casi por completo un modelo de economía circular es el de reutilizar un residuo tantas veces como sea posible. Para ello, hay que controlar tanto las vidas útiles de las que dispone cada producto como las que ya ha consumido. Identificar correctamente los materiales es vital para llevar a buen puerto las políticas que promuevan los hábitos de consumo medioambientalmente sostenibles y doten de todas las vidas útiles posibles a los materiales reutilizados. Y, para hacerlo, se debe conocer hasta qué punto cierto material puede ser reciclado.
La vida eterna del vidrio y el aluminio
De entre los materiales que más fácil resulta separar y que más tiempo pueden durar siendo reutilizados está el video y el aluminio. De hecho, ambos pueden ser reutilizados tantas veces como deseemos, ya que pueden recuperarse indefinidamente y no pierden sus propiedades conforme son reciclados y reutilizados. Se estima que el vidrio reciclado ahorra un 26% de energía frente al de nueva creación, y que el aluminio de segundo uso, que se obtiene fundiendo productos como latas o aerosoles, mantiene prácticamente intacto su nivel de pureza tras el primer uso. Son la base para crear un modelo económico y productivo sostenible y cuyo proceso de reciclaje está más amortizado.
Por su parte, el papel y el cartón también cuentan con varias vidas útiles para mantenerse intactos conforme son reutilizados. Ambos materiales disponen de hasta una media docena de oportunidades de ser nuevamente empleados antes de empezar a pasar a mejor vida, lo que reduciría casi en por tres la producción de papel y cartón nuevo. Se estima que se recicla en torno al 65% de todo el papel y cartón producido y que, no obstante, no se saca todo el partido del mismo al reutilizarlo pocas veces en comparación con las posibilidades que ofrece.
El plástico, la asignatura pendiente
Uno de los materiales más perjudiciales para el entorno natural y que cuenta con un proceso de reutilización más complejo es el plástico. Este elemento, contra el que ya existen leyes en determinados países para reducir o prohibir su utilización, ha provocado estragos de envergadura en el entorno marino y la mayoría de los productos fabricados en este material tardarán, en el mejor de los casos, décadas en desaparecer del planeta.
El principal escollo en lo relativo a este material es la ingente cantidad que se produce a diario. Solo en España se estima que se producen, diariamente, 10 millones de botellas de plástico destinadas al envasado de agua mineral. Diez millones, solo de este producto. Las estimaciones más optimistas afirman que se reutiliza prácticamente la mitad del total producido, siendo el resto desechado en puntos no autorizados, cubos de basura incorrectos o, en el peor de los casos, siendo arrojados al entorno natural.
Tampoco ayuda la composición de algunos de los envases. El conocido tetrabrik debe tirarse al contenedor de envases, pero no hay que olvidar que está formado por capas pegadas de plástico, cartón y aluminio que conviene separar antes de pensar en reutilizarlo y de lo que deben encargarse las plantas de tratamiento competentes. Su reutilización pasa por laminarlo nuevamente para crear fibras de una resistencia similar a la madera, que acaban siendo utilizadas en elementos urbanos como bancos de parques infantiles o empleados en la fabricación de ciertos elementos de construcción, como falsos techos o losetas de oficinas.
Las apuestas europeas por la reutilización y la economía ciruclar
La Unión Europea estableció hace unos años los próximos objetivos de sostenibilidad, por los que establecía ciertos porcentajes a los Estados miembros para reciclar y reutilizar los materiales previamente separados. Entre el 50% y el 70% de los residuos debían tratarse y emplearse nuevamente para la manufacturación de nuevos productos. No obstante, estamos lejos de los objetivos fijados para 2025 y las consecuencias de la crisis sociosanitaria provocada por la COVID-19 desembocará, irremediablemente, en un nuevo retraso en la aplicación de estas políticas comunes.
No obstante, en el viejo continente existen proyectos pioneros decididos a apostar fervientemente por un modelo de transición ecológica y medioambientalmente sostenible, y uno de los más avanzados a nivel continental es Resyntex, que aspira a obtener materias primas secundarias e impulsar la economía circular en toda Europa. En España, una de las entidades de mayor relevancia y que juega un papel decisivo a la hora de promover y gestionar el sistema de reciclaje de residuos a nivel nacional es Ecoembalajes España, S.A., que también se encarga de las tareas de divulgación y concienciación acerca de las ventajas de separar los residuos y que ha apostado por implantar las máquinas de recompensa Reciclos, que premian al ciudadano por entregar los envases ya utilizados. Al respecto de las dudas que pudieran surgir acerca de todo el proceso de reciclaje y separación de los desechos, en su portal web Ecoembes cuenta con una sección dedicada a explicar los distintos tipos de colores, las asociaciones de colores según el tipo de residuo, en qué consiste todo el proceso de reciclaje e incluso cómo se tratan los residuos en las plantas de selección.
