Las etiquetas RDIF cuentan con muchísimas funcionalidades en la actualidad a nivel de gestión para todo tipo de sectores. En este artículo nuestros mejores expertos te cuentan que son las etiquetas RFID, cuáles son las principales características de las etiquetas RFID y qué usos se les puede dar a las etiquetas RFID.
Qué son las etiquetas RFID
Primero que nada es importante que sepas que el RFID o Radio Frequency Identification es un tipo de tecnología que mediante la lectura por radiofrecuencia de dichas etiquetas RDFID puede identificar diferentes elementos. Se trata de una alternativa muy interesante porque su funcionamiento se basa en que se leen unos determinados datos que van almacenados en el chip de la etiquet RFID. Es una gran alternativa porque no hace falta estar en línea de vista con esta tarjeta sino que todo se hace de forma inalámbrica mediante una práctica señal de radiofrecuencia.
Las etiquetas RFID por tanto están formadas por un microchip que es capaz de almacenar todo tipo de datos en su interior que va pegado a una antena en la que se recibe la señal RDIF del receptor y también con un transductor de radio. Si estas etiquetas de cualquier tipo se encuentran activas tendrán conexión con una fuente externa.
Usos de las etiquetas RFID
Las etiquetas RFID se usan con fines y en situaciones realmente diferentes. En primer lugar encontramos que son una buena alternativa para usarse a modo de tarjetas de transporte. Muchísima gente las usa para cargar saldo en este tipo de sistemas y también para el control de ingreso a las estaciones y para poder descontar saldo en cualquier tipo de cuenta.
Las etiquetas RFID también se usan en las tarjetas de crédito ya que permiten la eficiente autenticación de cualquier tipo de tarjeta de crédito sin necesidad de tener que ubicarla en el lector de chips. También son una gran alternativa para poder realizar lecturas en los puntos de venta e incluso para poder leer diferentes etiquetas a la vez usando un sistema anticolisión para poder facturar diferentes elementos a la vez ahorrando tiempo y costes a los comercios. En la actualidad hasta se está poniendo de moda que este tipo de proceso se use cuando una persona ponga los productos en el carrito, que contará con un lector automático. Así cuando se llega al punto de venta simplemente habrá que pagar y el proceso se agiliza muchísimo.
Por otro lado, las etiquetas RFID son también una gran alternativa para la gestión de inventarios. Sirven para contar cualquier tipo de existencia en fábricas, negocios y empresas mucho más rápidamente que hace algunos años gracias a la espectacular tecnología RFID. Así, escaneando de forma periódica unos almacenes es posible conocer las existencias que quedan sin tener que mirar todos los productos, como sucedía antes con los clásicos códigos de barras.
Pero además de los anteriores usos, las etiquetas RFID se utilizan también para la identificación de animales e incluso a nivel de seguridad para fabricar las llaves de los coches o para elaborar eficientes tarjetas de acceso. En los hospitales y otros tipos de sistemas de salud también se usan estas tarjetas para guardar las historias clínicas y los reconocimientos de los pacientes y, cada vez más, las etiquetas RFID se están incluyendo también en los peajes o a modo de elementos identificativos para los taxis.
Por supuesto las etiquetas RFID también se usan cada vez más en logística, a nivel de las gestiones de suministros e incluso se están colocando para poder leer las informaciones de los sensores remotos ubicados en regiones que son peligrosas o están ubicadas en lugares muy apartados.
Por último, quizá uno de los usos más sorprendentes es el de los implantes humanos, ya que se utilizan para poder identificar a ciertas personas y hacerles un seguimiento, aunque este punto resulta bastante polémico en la actualidad.