Salud

Tipos de irrigadores dentales y cómo usarlos

Los irrigadores dentales son una gran herramienta para limpiar los dientes, la lengua y toda la boca en general. Se trata de unos dispositivos perfectos para mantener una higiene dental óptima, pero dependiendo de tus necesidades vas a poder escoger entre diferentes modelos. A continuación te contamos los diferentes tipos de irrigadores dentales que existen y cómo usarlos de forma eficaz para cuidar tu boca.

Tipos de irrigadores dentales

En primer lugar, cuando estés buscando irrigadores dentales vas a encontrar primero que nada los irrigadores dentales con cepillo. Se trata de una gran alternativa para limpiar tu boca en profundidad, ya que una vez que realices el trabajo de limpieza con el chorro de agua del irrigador vas a poder perfeccionar todo el proceso utilizando el cepillo de dientes.

Este tipo de irrigadores dentales son la mejor alternativa para las personas que quieren limpiar y desinfectar al máximo todos y cada uno de los espacios de su boca, pero no quieren renunciar a cuidar también su estética dental porque el cepillo de dientes a modo de accesorio del irrigador hace mucho más eficiente su efectividad. Con el cepillo es posible limpiar de manera más firme los dientes, la lengua y otras zonas de la boca, para conseguir que tus dientes estén mucho más blancos desde su primer uso.

Por otro lado tenemos los irrigadores dentales sin cepillo. Se trata sin duda de los irrigadores dentales que más se utilizan en términos profesionales. En estos casos el cepillado dental deberá ir a parte del uso del irrigador, con lo que no se trata de un tipo de irrigador dental tan completo. Estos irrigadores igualmente permiten hacer una limpieza profunda con agua y llegan hasta los espacios más escondidos de la boca, pero no son la misma alternativa que un irrigador con un cepillo de dientes, ya que éstos últimos son mucho más completos.

Ahora bien, esto no tiene por qué ser una desventaja porque si ya tienes un cepillo de dientes de calidad, como por ejemplo un cepillo eléctrico, con un irrigador dental sin cepillo tendrás más que suficiente para completar la limpieza de tu boca.

Por otro lado encontramos los irrigadores dentales portátiles. Son probablemente una de las opciones más nuevas en el mundo de los irrigadores. Se trata de dispositivos totalmente portátiles muy sencillos de transportar que podrás usar en cualquier lugar para limpiar de forma eficiente tu boca. Encontramos los irrigadores dentales recargables, los irrigadores dentales de batería, los de mano y los inalámbricos. Todos ellos cuentan con una buena calidad y te proporcionarán un buen rendimiento, con la ventaja de poder usarlos en cualquier lugar, llevarlos de viaje, etc. y por supuesto también con el pro de que ocuparán muy poco espacio.

Cómo usar irrigadores dentales

A la hora de utilizar un irrigador dental, debes tener claro que se trata de una gran opción para antes del cepillado que te permitirá limpiar con mucha eficiencia tu dentadura. El irrigador dental también permite completar la limpieza con el cepillo de dientes y la seda dental. Para usarlo lo primero que debes hacer es conectarlo a una fuente de agua. En algunos casos tendrás que conectarlo a un grifo pero en otros bastará con llegar su depósito. En este último caso te recomendamos usar agua templada.

A partir de aquí vas a tener que ubicar la boquilla del irrigador en tu boca y empezar limpiando tus muelas. Sujeta bien el irrigador separándolo de tus dientes y de tus encías. Inclínate sobre el grifo para no mojarlo todo cuando enciendas el irrigador.

Después elige la presión que necesitas. Dependiendo del modelo tu irrigador puede llevar un botón de encendido u cualquier otro tipo de graduación. Elige siempre el nivel más bajo y ves subiéndolo poco a poco. La presión debe ser siempre alta sin llegar a molestar y no te olvides de juntar tus labios para que el agua no salpique demasiado.

Para limpiar bien tu boca ves siguiendo la línea de la encía pasando por todos los dientes y dirigiendo el agua hacia la línea que dibuja la encía con los dientes, así como también entre los diferentes espacios entre los dientes. Después recorre la parte de arriba de tus dientes, la base de las encías y los espacios entre los dientes. Para cada diente te recomendamos dedicar unos dos segundos. Después repite el mismo proceso por la cara de dentro de los dientes hasta limpiar bien toda tu boca. Realmente no deberías tardar más de tres minutos.

Finalmente, cuando termines apaga el irrigador, quita la boquilla y vacía el agua. Si dejas el agua se pueden crear bacterias así que no te olvides de este paso. Por último no te olvides tampoco de limpiar bien el depósito después de cada uso para prevenir todavía más la proliferación de bacterias.

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