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7 consejos para el mantenimiento de las puertas automáticas

Uno de los grandes avances en comodidad en los últimos años para muchas personas han sido las puertas automáticas. No importa si las mismas son de fincas, empresas o de una puerta de garaje individual, nos hacen siempre la vida mucho más sencilla.

Con tan solo pulsar un botón, la puerta se abre o se cierra. Eso aporta una gran comodidad en todos los aspectos, de aquí que cada vez están más presentes.

Pero para que una puerta dure lo máximo posible, es importante que disfrute de un mantenimiento adecuado. Para conseguirlo, tienes que tener claras las siguientes claves, las cuales te serán de gran ayuda.

1- Cuidado con la humedad

Uno de los grandes enemigos de las puertas eléctricas es la humedad. Por ese motivo, el motor siempre tiene que estar muy bien protegido para evitar que la misma pueda entrar en su interior.

Pero la humedad no solo afecta a las puertas externas, también a la de los comercios. Gracias a los profesionales de Metalblinds hemos podido saber que las puertas automáticas de cristal también se ven afectadas. Por ese motivo, los comercios que optan por ese tipo de puertas siempre ponen el sistema dentro del comercio. Así se evita la humedad exterior y en consecuencia el mecanismo de apertura estará más protegido.

Nuestros expertos de Metalblinds nos comentan que, si se nota que hay humedad en el sistema, lo mejor que se puede hacer es solicitar los servicios de los reparadores. Lo importante es evitar que la puerta se estropee del todo.

2- Engrasa la puerta cada cierto tiempo

Si notas que la puerta al abrir o cerrar chirría un poco, entonces será el momento de engrasar o lubricar la puerta. No solo tienes que fijarte en el motor, también es importante fijarse en las bisagras, pestillo y cerradura. Todo tiene que estar bien engrasado para que la puerta funcione correctamente.

Los expertos siempre recomiendan que las partes más vulnerables de la puerta siempre estén bien lubricadas para evitar un mal funcionamiento. Si funciona mal, no solo hay más riesgo de que se pueda estropear, también consumirá más energía y eso no nos interesa para nada.

3- Revisa la placa eléctrica

Si notas que puede haber problemas con la puerta automática, puede ser un buen momento de fijarse en el funcionamiento de la misma en la apertura y cierre de la puerta.

Nunca la debes tocar mientras está funcionando. Solo debes examinar los relés y ver si están quemados o están bien. Si sabes sobre placas, entonces podrás mirar más detalles y reaccionar a tiempo para evitar que la placa deje de funcionar correctamente.

4- Haz una limpieza periódica

La suciedad puede ser otro problema para el correcto funcionamiento de la puerta. Para evitar que esa suciedad ponga en riesgo el funcionamiento, lo mejor es limpiar de manera periódica la zona.

Por ejemplo, hay que fijarse que la guía del suelo siempre esté limpia. Si no lo está, puede provocar atascos, los cuales deben ser reparados. O incluso en el peor de los casos puede provocar un descarrilamiento de la puerta y eso puede ser peligroso para las personas que están en la zona.

En el caso de las puertas basculantes, lo que hay que tener cuidado es que la acumulación de polvo no aumente de manera importante. Pero tranquilo, una limpieza adecuada hará que la puerta funcione sin ningún tipo de problema.

5- Controla los muelles

Una de las partes que más trabaja dentro de una puerta automática son los muelles. Los mismos se expanden cuando la puerta se cierra y se contraen cuando se abre. Esos movimientos van oxidando poco a poco los muelles y eso puede provocar su rotura. Es más, es una de las averías más comunes de muchos tipos de puertas correderas.

Para evitar esa oxidación y posterior rotura, lo mejor que podemos hacer es aplicar algo de aceite cuando se note que la tensión comienza a perderse.

En el caso de que la actuación llegue demasiado tarde y en consecuencia el muelle se rompa, entonces deberá ser sustituido. El cambio no es sencillo, por lo que se recomienda que el cambio lo haga un profesional. Así quedará bien instalado y la probabilidad de rotura se reducirá. Recordando de nuevo que el aceite puede ser de gran ayuda.

6- Cuidado con los insectos

Igual que el agua, los insectos también pueden ser un peligro para las puertas automáticas. El problema no es que haya insectos en la zona, sino que penetren en el cuadro y puedan estropearlo. Por ese motivo, hay que asegurarse de que no están en la zona y tener la certeza de que el acceso para los mismos es complicado.

Cuando hablamos de insectos, realmente hablamos de animales pequeños. En ese grupo podemos incluir ratones pequeños o lagartijas, las cuales pueden ser perjudiciales para el sistema.

Por ejemplo, algunas personas colocan venenos en la zona del cuadro para evitar que los animales se acerquen y puedan poner en peligro el circuito. Eso sí, si se opta por esa opción hay que tener cuidado con las mascotas y sobre todo con los niños.

7- Usa la puerta sólo cuando es necesario

Para finalizar, las puertas automáticas tienden a estropearse más cuando su uso es continuo. Para evitar que las averías tarden en llegar, lo mejor que puedes hacer es intentar usarla solo cuando realmente es necesario.

Un uso continuo siempre viene acompañado de un riesgo de ruptura más alto. Por ejemplo, si la puerta automática es del garaje de tu casa, solo abre y cierra la puerta cuando vayas a sacar el vehículo. El resto del tiempo puede ser una buena opción que salgas por la puerta de entrada. No te costará nada y harás que el sistema no se gaste con más rapidez.

Con eso no queremos decir que abrir y cerrar la puerta más de una vez al día ponga en riesgo el funcionamiento de la misma. Nos referimos a que se recomienda usar solo cuando es realmente necesario y usar otras vías de acceso cuando sea posible. Eso ayuda a que la duración sea superior. Al igual que podemos decir que los periodos largos de inactividad también son negativos para la puerta. 

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