Tecnología

Mitos y verdades sobre las antenas y la salud de las personas

Desde que entramos en la era de la tecnología, todo el mundo ha escuchado miles de leyendas sobre cómo afectan las antenas a la salud de las personas. Desde mantener apagado el router durante el máximo tiempo posible, hasta dormir con el móvil en otra habitación para que las ondas no nos provocasen tumores cerebrales. La tecnología, y todo lo que ella conllevaba, entró fuerte, y nosotros nos vimos envueltos en un mundo del que no teníamos mucha información, así que era muy fácil creerse todo lo que nos llegaba, porque no hay nada más fácil que señalar aquello que no conocemos como un peligro. Ahora bien, llevamos ya un par de décadas acostumbrándonos al auténtico funcionamiento de las antenas, y ya no nos creemos con tanta facilidad cómo pueden estas afectar a nuestra salud, pero hay quien sigue teniendo dudas con respecto a esto debido a artículos y a la inmensa variedad de opiniones que existe en Internet.

La idea de que los campos electromagnéticos de las antenas dañan la salud se ha tomado la libertad de ir creciendo durante tanto tiempo que a día de hoy es difícil diferenciar qué es verdad y qué no. Hay quien se atreve a decir que estos campos son capaces no solo de dañar la salud con pequeñas irritaciones sino incluso de provocar enfermedades francamente graves como es el cáncer, pero esto no es algo que esté probado, por lo que se trata de una simple creencia. Ahora bien, tanto las personas que se posicionan en contra de las antenas como aquellas que las defienden a capa y espada tienen sus motivos para hacerlo, y por eso he tratado de recopilar los mitos y las verdades que envuelven la idea de que las antenas de telefonía son dañinas para nuestra salud.

Verdades y mentiras sobre el daño de las antenas sobre la salud

Cuando entramos de nuevas en esta era tecnológica, pocos eran lo que sabían entender cuáles eran las repercusiones reales de lo que empezaba a rodearnos, pero la gran mayoría comenzó a tomar posiciones al respecto. Uno de los primeros detonantes de la creencia de que las antenas son dañinas para la salud fue un informe de la OMS. Con la Organización Mundial de la Salud no se juega, y la gente no tardó en tomarse en serio que las antenas eran perjudiciales, pero lo cierto es que el informe de la OMS se limitaba a indicar que había varias personas que se habían quejado de síntomas como irritaciones en la piel, insomnio o náuseas, y se los achacaban a las antenas de telefonía. El hecho de que fuesen estas antenas la que habían provocado las molestias no está demostrado, por lo que, realmente, la OMS nunca ha confirmado que las antenas sean perjudiciales, sino que publicó una nota informativa advirtiendo que había personas que así lo creían.

Las antenas son un elemento necesario y muy seguro en el campo de la tecnología, y no se trata de algo que se encuentre únicamente en centrales dedicadas. Hoy en día todo el mundo cuenta con una antena en su casa o empresa, ya sea la antena de televisión, antenas RFID o la del propio router. Cuando comenzaron a entrar en nuestras casas, se volvió a poner el grito en el cielo, pero esto se debe a que emiten una radiación muy baja y empezó a insinuarse que precisamente a raíz de esa radiación eran tóxicas y perjudiciales para la salud. Lo cierto es que el tipo de radiación que irradian las antenas no es peligroso porque es no ionizante, lo que quiere decir que no afecta a los seres vivos.

Lo que sí debemos tener en cuenta, esta vez a favor de aquellos que temen las antenas de telefonía, es que existen personas que padecen hipersensibilidad electromagnética. El conjunto de síntomas del que informó la OMS no era un invento, pero no justificaba que las antenas fueran nocivas, sencillamente que existían personas a las que los campos electromagnéticos de las antenas podían afectarles físicamente, aunque se trata de algo más psicológico que físico.

En conclusión, hay miles de estudios científicos que abordan este tema, porque a día de hoy vivimos rodeados de este tipo de artilugios, pero ninguno ha logrado demostrar que las antenas sean perjudiciales para la salud, por lo que no hay nada que temer al respecto.

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